domingo, 28 de octubre de 2012
Crédito: Septiembre
Uno de los últimos libros que me he leído de la gran escritora Rosamunde Pilcher,
me ha dado mucho que pensar, ya que es una historia aparentemente normal. Son una serie de personajes procedentes de Inglaterra, España, Estados Unidos y Escocia que se reencuentran con motivo de una fiesta de cumpleaños justo en el mes de septiembre, y en Escocia eso significa: cacerías, bailes, celebraciones... Sin embargo, en este ambiente los personajes se ven obligados a tomar decisiones que cambiarán sus vidas drásticamente. Situaciones en las que nunca se habrían imaginado estar y sin embargo todos y cada uno de ellos son capaces de superar.
Leyéndote este libro desafías a la delgada línea entre la ficción y la realidad, ya que la trama te sumerge tanto que te llegas a plantear todos sus dilemas. Llega un momento en el que los problemas de los personajes son los tuyos, y hasta su felicidad supone la tuya.
Esta novela de una manera u otra destapa los problemas reales que cualquier persona podría tener y te llegas a cuestionar qué te supone ético y qué no. Te das cuenta de que cada personaje tiene su punto de vista, que puede llegar a ser muy diferente, y descubres que lo que es moral o no.Cada uno lo adopta según una madurez, una educación, unas experiencias, una sociedad... Y que por muy diferentes que seamos cada uno, dentro de una sociedad (sea grande o pequeña) tenemos nuestro propio sitio para opinar, defender, preguntar, vivir, amar,ser respetados, aprender a convivir, y reconocer nuestros errores.
Como ya he dicho este libro te hace cuestionarte muchas cosas, pongo de ejemplo un fragmento que me pareció precioso. Pero esa manera de ver la muerte, es algo que la mayoría de la sociedad no ve así; me explico, nosotros aprendemos a tener una visión de las cosas, que aprendemos del comportamiento de la sociedad a la que pertenecemos, y en esta sociedad (mayoritariamente) la muerte se ve como algo malo, triste, y a veces insuperable, pero la persona que ha escrito esta carta, por sí sola ha asumido que la muerte no tiene por qué ser así, ya que la muerte forma parte de la vida, y no hay razón para sumergirte en un estado de añoranza cuando se puede superar separándote un poco de la sociedad e intentando ver las cosas por ti mismo.
Y por eso creo, que sumergirse en un libro es una necesidad de desaparecer del mundo real, y de ser libres por unos instantes que algunas personas necesitamos más que otras y que de un modo u otro a cada libro que nos marca le dejamos un hueco en nuestro corazón.
Laura Coll Cortés
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