"Si vas a creer todo lo que lees, mejor no leas."

domingo, 9 de junio de 2013


PARADERO DESCONOCIDO





Martin Schulse y Max Eisenstein son grandes amigos, y juntos han abierto una galería de arte en California.
Martin es una persona de ideología nazi, y decide volver a Alemania, a su casa, donde Hitler empezó a apoderarse de todo. Max es de origen judío, y no tiene más remedio que quedarse a cargo del negocio y seguir con su vida.
Al poco tiempo, empiezan a escribirse cartas, Max informa a Martin sobre como fluye el negocio, su familia y su día a día, y Martin hace lo mismo.
En una de las cartas acaban hablando de política, y descubren que sus creencias e ideologías son polos opuestos. Poco a poco, carta a carta, la relación de éstos se apaga, pierden ese respeto que se tenían mutuamente, y la comunicación se convierte en algo temeroso y despiadado.
Martin le dice a su amigo que le encanta la forma de gobierno de Hitler, que se siente poderoso y que nunca antes los alemanes se habían sentido tan importantes, por eso apoyaban su forma de gobierno, y Max no le reconoce porque tenía otra imagen de él.
Martin le pide a Max que no le mande más cartas, porque si alguien descubre que mantiene correspondencia con un judío, le podían matar, pero la hermana de Max con la que tuvo una relación Martin, se va a Alemania sin ser consciente del peligro que corría allí al ser judía, y Max insiste en que Martin le conteste para saber de ella.
Al tiempo Martin le responde, y le cuenta que a su hermana la estaba buscando la policía y se refugió en su casa, pero tuvo que entregarla para que no le mataran a él. Después de esto, Max se siente muy traicionado por su amigo y se venga de él mandándole cartas como si nada hubiera pasado, y como si Martin sintiera un gran aprecio por las personas judías.
Con este libro me he sumergido en la historia, cosa que nunca me había pasado con ningún otro, me parece una historia breve que en tan solo 100 páginas describe el horror del nazismo y cómo afectó a muchas personas.
Imagino que esta historia acaba con la muerte de Martin y su familia siendo descubierto por la Gestapo.
En mi opinión Martin no actuó bien al no ayudar a su amigo salvando a su hermana Grisselle, pero Max tampoco, ya que actuó por venganza y acabó con toda su familia.
Este libro me parece una perfecta denuncia al nazismo, y me parece importante para que todo el mundo lo lea porque te da mucho que pensar. 

Lydia Sánchez González.




jueves, 6 de junio de 2013

Giges.

Tras leer esta historia que no  hace falta que resuma, se me ha venido una frase a la mente: ''La realidad supera a la ficción''
He de decir que no me ha llamado mucho la atención la historia en sí misma, pero creo que hay un gran trasfondo que es la verdadera esencia que se nos debe quedar al recapacitar y asumir este relato.
Comenzaré por el principio; ¿Es verdad que el ser humano necesita que otro ser humano le reconozca el mérito de sus propias azañas? ¿Qué hace que dependamos de la opinión de los demás para ser más o menos felices? Esto ocurre cuando al principio de la historia Candaules no es capaz de disfrutar de la supuesta belleza de su mujer sin que alguien le reconozca el mérito. Supongo que es normal que necesitemos la aprobación y el reconocimiento de nuestro trabajo, pero esto ha de llegar a un límite, porque cada uno de nosotros debe ser capaz de pararse y meditar sobre lo que nos pertenece y lo que no. Parece una paradoja, nos gusta lo privado, efímero y único, pero seguimos modas, compramos a multinacionales , y nos encantaría que George Clooney apareciera en nuestra casa. Pues bien aunque los ejemplos que he puesto en relación con la historia pueda parecer un anacronismo total creo que es la forma más fácil de entenderlo y tenemos que aprender a darle importancia nosotros mismos a lo que nos gustaría que hicieran los demás. Puedes aprender a valorar y sentirte rico con lo que tienes, o hacer que tu felicidad dependa de la decisión de otros.
Otro hito bastante destacable y que llama la atención es, por qué una mujer desnuda que descubre que hay otro hombre en su habitación que no es su marido tiene la sangre fría de esperar al día siguiente y comunicar la decisión que ha tomado por haber hecho eso. Aunque esto no esté basado en hechos reales, a veces nuestra cabeza nos juega buenas pasadas y actúa antes que nuestro corazón. ¿Qué habría hecho la mujer de Candaules  si hubiese dejado desatar su ira? Tal vez no habría llegado a darse cuenta de que el verdadero problema de cordura lo tenía su marido, por desear el deseo de otros.
Y por último y no menos importante, claro está, es la decisión de Giges: es imposible no pensar qué hubieses hecho tú en ese lugar. Pero creo que historias así no están hechas para tomárnoslas como si fuera una noticia de un telediario, sino más bien como si alguien sabio nos hablara, como si alguien nos hubiera dado el mejor consejo del mundo, como si fuéramos capaces de oler esa situación, e incluso de convertirla en algo tangible trasladándola  a nuestra vida.
Porque ¿Para qué están las historias? Las historias nos hacen poderosos, nos hacen sensibles, nos hacen llorar, nos enseñan, nos recuerdan, nos desagradan, nos hacen perderlo todo y volver a ganarlo en un segundo.
Al leer el relato es muy fácil ver los dilemas morales, e incluso es fácil ver la raíz de este, pero lo que no hace todo el mundo es pensar en por qué alguien ha escrito algo así. Lo que no hace casi nadie es formularse las preguntas adecuadas para comprender nuestro entorno un  poco más. No le damos importancia a las historias y algo así es demasiado triste, porque si nos paramos a pensar, quien no tiene historias, no tiene nada.

Laura Coll.



Giges según herodoto

GIGES SEGÚN HERODOTO.

"Resulta que el tal Candaules estaba enamorado de su mujer y, como enamorado creía firmemente tener la mujer más bella del mundo; de modo que, convencido de ello y como, entre sus oficiales, Giges, hijo de Dascilo, era su máximo favorito, Candaules confiaba al tal Gíges sus más importantes asuntos y, particularmente, le ponderaba la hermosura de su mujer. Y, al cabo de no mucho tiempo -pues el destino quería que la desgracia alcanzara a Candaules-, le dijo a Giges lo siguiente: «Giges, como creo que, pese a mis palabras, no estás convencido de la belleza de mi mujer (porque en realidad los hombres desconfían más de sus oídos que de sus ojos) prueba a verla desnuda.» Giges, entonces, exclamó diciendo: «Señor, ¿qué insana proposición me haces al sugerirme que vea desnuda a mi señora? Cuando una mujer se despoja de su túnica, con ella se despoja también de su pudor. Hace tiempo que los hombres conformaron las reglas del decoro, reglas que debemos observar; una de ellas estriba en que cada cual se atenga a lo suyo. Además, yo estoy convencido de que ella es la mujer más bella del mundo y te ruego que no me pidas desafueros».Con estas palabras Giges trataba, claro es, de negarse, por temor a que el asunto le ocasionara algún perjuicio, pero Candaules le contestó en estos términos: «Tranquilízate, Giges, y no tengas miedo de mí, pensando que te hago esta proposición para probarte, ni de mi mujer, por temor a que ella pueda ocasionarte algún daño; pues yo lo dispondré todo de manera que ella ni siquiera se entere de que tú la has visto. Te apostaré tras la puerta de la alcoba en que dormimos, que estará entreabierta; y en cuanto yo haya entrado, llegará también mi mujer para acostarse. Junto a la entrada hay un asiento; en él colocará sus ropas conforme se las vaya quitando y podrás contemplarla con entera libertad. Finalmente, cuando desde el asiento se dirija,a la cama y quedes a su espalda, procura entonces cruzar la puerta sin que te vea.»En vista de que no podía soslayarlo, Giges,accedió a ello. Cuando Candaules consideró que era hora deacostarse, llevó a Giges al dormitorio y, acto seguido, acudió también su mujer; una vez estuvo dentro, y mientras iba dejando sus ropas, Giges pudo contemplarla. Y cuando, al dirigirse la mujer hacia el lecho, quedó a su espalda, salió a hurtadillas de la estancia. La mujer le vio salir, pero, aunque comprendió lo que su marido había hecho, no se puso a gritar por la vergüenza sufrida ni denotó haberse dado cuenta, con el propósito de vengarse de Candaules, ya que, entre los lídios -como entre casi todos los bárbaros en general-, ser contemplado desnudo supone una gran vejación hasta para un hombre.Por el momento, pues, sin ninguna exteriorización, se mostró así de tranquila. Pero en cuanto se hizo de día, alertó a los servidores que sabía le eran más leales e hizo llamar a Giges. Este, que no pensaba que ella estuviera al tanto de lo sucedido, acudió a su llamada, pues ya antes solía, cuando la reina lo hacía llamar, presentarse a ella. Y cuando Giges llegó, la mujer le dijo lo siguiente: «Giges, deentre los dos caminos que ahora se te ofrecen, te doy a escoger, el que prefieras seguir: o bien matas a Candaules, y te haces conmigo y con el reino de los lidios, o bien eres tú quien debe morir sin más demora para evitar que, en lo sucesivo, por seguir todas las órdenes de Candaules, veas lo que no debes. Sí, debe morir quien ha tramado ese plan, o tú, que me has visto desnuda y has obrado contra las leyes del decoro.» Por un instante, Giges quedó perplejo ante sus palabras, pero, después, comenzó a suplicarle que no le sumiera en la necesidad de tener que hacer semejante elección. Sin embargo como no logró convencerla, sino que se vio realmente enfrentado a la necesidad de matar a su señor, o de perecer él a manos de otros, optó por conservar la vida. Así que le formuló la siguiente pregunta: «Ya que me obligas -dijo- a matar a mi señor contra mi voluntad, de acuerdo, te escucho; dime cómo atentaremos contra él.» Ella, entonces, le dijo en respuesta: «La acción tendrá efecto en el mismo lugar en que me exhibió desnuda y el atentado se llevará a cabo cuando duerma.»Después de haber tramado la conspiración, al llegar la noche, Giges (dado que no tenía libertad de movimientos, ni quedaba otra salida, sino que él o Candaules debía morir) siguió a la mujer al dormitorio. Ella, después de entregarle un puñal, lo ocultó detrás mismo de la puerta. Y, al cabo, mientras Candaules descansaba, Giges salió con sigilo, le dio muerte y se hizo con la mujer y con el reino de los lidios. Precisamente Arquiloco de Paros, que vivió por esa misma época, mencionó a Giges en un trímetro yámbico. Se apoderó, pues, de la realeza y fue confirmado en ella por el oráculo de Delfos. Sucedió, en efecto, que, como los lidios consideraban intolerable la muerte de Candaules y estaban en armas, los partidarios de Giges y el resto de los lidios convinieron en que, si el oráculo prescribía que él fuera rey de los lidios, en ese caso reinaría; pero, de lo contrario, restitiría el poder a los Heráclidas. Y, efectivamente, el oráculo lo prescribió y así Giges se convirtió en rey." (trad de Carlos Schrader en Biblioteca Clásica Gredos).
En mi opinión en esta historia se presenta muy bien reflejado un gran dilema moral de los más duros que se puede plantear a un hombre. Este es: Giges tiene que elegir entre matar a su jefe y a la vez su amigo y quedarse con su mujer tan perfecta y el poder del reino o si no lo hace será asesinado por los guardias de la reina y todo por observarla desnuda tras el ofrecimiento de su marido. En mi opinión en esta historia se ve muy bien reflejado este gran dilema moral. también comentar que en la película El paciente inglés también se ven muy bien reflejados sus distintos dilemas morales. Al final Giges opta por su vida y yo creo que la mayoría hubiésemos hecho lo mismo. Aunque siempre hay que intentar buscar una segunda opción. 

Aquí os dejo mi ultimo crédito del año espero que os haya gustado, buen verano y ya sabeis escoger el camino correcto.

                                                                                                   José Javier Melado Artacho.
 

         LA HISTORIA DE GIGES SEGÚN HERODOTO.




Candaules es un señor que admira por todo lo alto a su esposa, y un día habla maravillosamente de sus cualidades físicas delante de Giges, quien cree fielmente sus palabras. Pero a pesar de que Giges le creyera, el rey insiste en hacer prueba de su fidelidad y le propone que se esconda en su dormitorio antes de que su mujer llegue, y la pueda observar desnuda mientras se quita los vestidos. Giges tras mucha insistencia por miedo a las consecuencias, y a pesar de la atrocidad que iba a cometer, acabó aceptando la propuesta.
Por la noche, sucedió algo inesperado, la mujer de el rey de Lidia vio a Giges salir de su escondite pero sorprendente mente no dijo nada.
Al día siguiente, la mujer mandó a llamar a Giges, quien no sospechaba que ella se había dado cuenta de que estaba allí observándola, y le propuso dos cosas, la primera, que matase a Candaules y reinara con ella Lidia, y la segunda, que se matase a él mismo, pero que a pesar de todo fuera valiente hiciera lo que hiciera.Mientras pensaba la respuesta estuvo vigilado a todas horas para que no tomase otra decisión.
Giges eligió la segunda opción, y con la ayuda de la reina mató a su marido.
Más tarde, fue otorgado en el reino en el que se consolidó pacíficamente.
Esta historia está basada en dos dilemas morales que se viven en la vida real, y que causan muchas injusticias.Sin duda uno de esos dos dilemas es cuando Candaules le propone a Giges ver a su mujer desnuda.Podría haber elegido lo correcto pero no lo hizo para complacer al rey. Y el segundo dilema moral es cuando la reina le propone matar a su marido o a él mismo.Es un dilema porque tienes que elegir entre lo correcto o lo incorrecto, y pensar en lo que es justo o injusto.
Yo pienso que Giges al principio escogió el camino fácil y rápido sin pensar muy bien las consecuencias del futuro, y al final de la historia, si yo fuera él, hubiera tomado otras medidas, pero hubiera intentado evitar la situación ya que las dos opciones eran muy injustas. Sinceramente entiendo mas la segunda elección porque es la más difícil y la verdad, dudo mucho que alguien hubiera sabido qué hacer ante un dilema tan duro como la vida o la muerte.

Lydia Sánchez.

GIGES.

LA HISTORIA DE GIGES CONTADA POR HERODOTO.
La caída del imprudente Candaules rey de Lidia, es uno de los relatos griegos más fantásticos narrado por el historiador Heródoto de Halicarnaso.
Cuenta Heródoto que Candaules era un hombre muy enamorado de su esposa y pensaba que poseía la mujer más hermosa del mundo. Entre sus guardias de mayor confianza se encontraba Giges. Un día, Candaules empezó a alabar las virtudes de su mujer ante Giges y al final, creyendo que Giges pensaba que él exageraba, le dijo: “Giges, me parece que no te convenzo cuando hablo de mi mujer, pues los hombres dan menos crédito a los oídos que a los ojos, así que haz de verla desnuda”.
Giges respondió:“¿Qué discurso tan poco cuerdo dices? ¿Me mandas que ponga mis ojos en mi
señora? Al despojarse una mujer de su vestido, se despoja con él de su recato. Yo estoy convencido que es la mujer más hermosa de todas las mujeres, y te ruego que no me pidas cosas fuera de la ley”.
Pero a pesar de sus intentos no pudo Giges desechar la idea del rey, quizá por miedo a lo que le sucedería, y la insistencia del rey fue tanta que Giges terminó aceptando. Así una noche, Candaules introdujo a Giges en la habitación de su esposa y lo escondió detrás de una puerta entreabierta. Al llegar su mujer todo se desarrolló como el rey lo había previsto, excepto por el hecho que la mujer vio a Giges salir de la habitación, aunque no dio voz de alarma.
Al día siguiente la reina hizo llamar a Giges, quien no sospechaba lo que le iba a suceder. Fue entonces que ella le dijo: “De los dos caminos que hay te doy a escoger cuál quieres seguir: o matas a Candaules y me posees a mí y al reino de los lidios, o tienes que morir al momento, para que en adelante no obedezcas en todo a Candaules ni mires lo que no debes. Así pues, o ha de perecer quien tal cosa ordenó o tú, que me miraste desnuda y obraste contra las normas”.
Giges no podía articular palabra por la sorpresa, y luego de un momento de duda decidió matar al rey. Cuando quiso ser coronado fue fuertemente resistido, así que expuso su caso al oráculo de Delfos, que le dió la razón. Giges en agradecimiento hizo un importante regalo en oro y plata al oráculo, que en Delfos llamaron gígadas en honor a su donante.

La historia de Giges plantea muchos más dilemas de los que realmente nos creemos cuando leemos este relato.  Fundamentalmente, hay tres aspectos relacionados con la ética que me gustaría remarcar, siendo así los que más me han hecho reflexionar:
.   1.¿Obedecerías al rey a ver a su esposa desnuda?
    2.¿Cómo cita Herodoto en el texto, una mujer pierde su recato(honestidad, modestia) cuando se despoja de su vestido?           3.¿Matarías al rey? ¿ O dejarías que te matasen?

Creo que por cada dilema que se presenta, hay dos formas de interpretarlos, expondré ambas y al final diré cuál es mi opinión personal.

El primer dilema es que si obedecerías al rey. Por una parte es un buen pretexto decir que sí, que lo harías pues es el que manda sobre ti y realmente no tenías otra opción. Si lo pensamos de otra manera, diríamos que Giges podría haber buscado otra solución pues la que escogió nos parece que no es ética. Pero, si reflexionamos fríamente, cuando estas situaciones se dan, en mi opinión el ser humano se preocupa por las consecuencias que pueda tener NO hacerlo, y no se para a pensar en lo demás, aunque vemos que igualmente Giges lo hizo aunque al final no tuvo más remedio.
El segundo me parece muy interesante. Quiere decir que una mujer pierde la honestidad cuando se quita la ropa. ¿Es eso así? Podemos pensar que si, que la modestia de esa persona se pierde, y que pierde el respeto de los demás. Pero ¿por qué? ¿Por qué “pierde su recato” si está desnuda? ¿Es acaso que el hecho de que sea una mujer influye? ¿Influye la imagen que tenía la mujer en esa sociedad ahora? En caso de que si lo hiciera, ¿sigue influyendo actualmente? Son demasiadas preguntas, pero se resuelven con un rápido matiz. No creo que una mujer pierda su decencia cuando esta desnuda, es más, creo que esto es un tanto machista en el sentido de que si nos ponemos a pensar así, a un hombre también le pasaría lo mismo, en cambio la frase del texto no menciona al hombre en ningún momento.
Ya por último, el tercer gran dilema que se presenta al final de la narración. ¿Es ético que Giges mate a Candaules? Obviamente no, pues matar a alguien nunca lo es, pero si nos ponemos en su lugar, por mucho que critiquemos a Giges o por mucho que su conducta nos parezca muy egoísta… ¿Realmente preferiríamos que nos matasen a nosotros? En mi opinión creo que ni por asomo.

Con todo esto, creo que la redacción de Herodoto te hace pensar en estas tres cosas principalmente. Me sorprendió que un escritor tan antiguo ya hablase de lo que actualmente se conoce como candaulismo. 

MARÍA GÓMEZ RISQUET

lunes, 27 de mayo de 2013

Invisibles y olvidados (Alpha Pam)

 
Alpha Pam, 28 años, Senegal, ocho años en España, es una bandera contra los recortes. Muerto ensangrentado en una escalera de su casa comunal de Santa Margalida, tuberculoso ignorado, marginado en la sanidad oficial, menos por los médicos solidarios del ambulatorio de Can Picafort y periodistas de creencias.

Sin papeles, pero con Facebook, Alpha Pam será una referencia por vindicar la dignidad, un caso con causa. Los graves dramas suelen digerirse en soledad, se cocinan en su miedo. Las víctimas protagonistas son secundarias para el relato de una autoridad extendida en desmesura, por encima de los detalles y, quizá, determinados sentimientos humanos.

Los sin nombre, solitarios, indigentes, desahuciados, en los márgenes la sociedad, mueren inanes, solos en las esquinas de sus chabolas, en sus pisos, sin familia ni noticia que explique quién era y qué fue de ellos, más allá de las anécdotas amarillas.

 

En la cola del supermercado una mujer mayor abre casi en secreto el puño donde oculta, con dignidad, el tesoro diario de su miseria, dos euros y medio, en monedas pequeñas. Muestra la mano a la cajera que echa cuentas y aparta de su compra la mitad del menú básico que esa ciudadana eligió.

Ambas no se cruzan palabra porque la situación es habitual. La escena se repite: gente que ha de renunciar a parte de su bolsa de alimentación, tras lentos paseos entre estantes, mirando precios y calculando el ahorro, buscando la oferta y la marca blanca que invade el paisaje del consumo. Nunca hasta ahora fueron tan visibles los precios y la apología de las baraturas.

En la máquina registradora del súper invitan al consumidor a la operación kilo de solidaridad. Entre la publicidad de tarjetas y cestas anti plástico, hay notas de gente que se ofrecen para cuidar mayores, jornaleras, apaños o clases de repaso. Otros intercambian horas de su oficio por otra prestación. Es la economía de trueque, sin dinero.

En la puerta de la tienda, en la nube caliente que suelta la maquinaria frigorífica, un hombre de una edad indeterminada por su derrota y la mirada dolorida susurra, coloca la mano entreabierta, untuosa, curtida por el sol y el frío. Es quien duerme en la entrada de la caja de ahorros. Antes de tumbarse sobre dos cartones hurga en los desechos comestibles de la basura del gran colmado.

Las escenas de esa realidad urbana y periférica, son algunas de las arrugas del cuerpo olvidado de la crudeza que la crisis-tsunami se esparce en miles de puntos.

Existe la miseria como una herida abierta sobre las conciencias de quienes mandan, recortan y tanto poseen. Pero casi nada modificará el estado de desamparo humano, la condena de los que fracasan, atrapados por el entorno que no pueden controlar desde que se dictó la desmesura.
En el vértigo del ascenso y la bonanza nadie meditó sobre qué había alrededor, qué pasaría con aquellos que no podían seguir el paso y caían del tren de la normalidad. Los presupuestos sin freno de infraestructuras megalómanas (multitud) aplastaron a un tercio de la población ahora encadenado a la pobreza, a un destino que no pudo elegir.

El panorama se sedimenta con apisonadoras. Las clases quedan identificadas por su posición, en la nata evanescente de la frivolidad o en el polvo subalterno que nadie quiere ver. Asalariados, pensionistas, parados protegidos, van quedando desconectados del paraíso del Estado de bienestar.

Sueldos recortados, pagas extras esfumadas, prestaciones habituales podadas en sanidad, medicamentos más caros, educación sin profesores, menos transportes. Vacío en los servicios sociales. Y la cultura, que es el placer y las emociones de la inteligencia, resulta el primer bien social que el poder desecha.

Esos días, a veces, la muerte de los miserables se despeña en las portadas de los diarios o queda sepultada en la explosión criminal de los sucesos. Alpha Pam, por ejemplo, será ejemplo en la memoria inevitable. Recordará la decisión de excluir al miserable, diferente, al veto en los servicios asistenciales universales.

OPINIÓN PERSONAL.

No hay mucho más que decir. España se está convirtiendo en un país injusto.
Gente que vive muy bien y otros que no tienen ni para comer.
Unos que roban mucho y no van a la cárcel y otros que roban para comprar leche o pañales y son condenados.
Se pierden derechos cada día. En sanidad, en educación, en trabajo, en bienestar…..

No sé qué futuro nos espera.

Alvaro Santero.
MALTRATO ANIMAL.
Éste es el espantoso panorama que deja cada año la fiesta del Rocío. Según leemos en El País, durante el camino a la ermita han muerto 13 caballos, y encima tenemos que alegrarnos de que sean siete menos que el pasado año.

La presidenta de la Asociación CYD Santamaría de recuperación de animales, Concordia Márquez, ha explicado que los caballos mueren de sed y agotamiento. Sólo dándoles de beber y comer y dejándolos descansar, se evitarían las muertes. Comenta que algunos animales son alquilados por personas que no saben cuidarlos y que tampoco están entrenados para hacer semejante camino.
Y todo esto a pesar de que el Ayuntamiento de Almonte ha repartido manuales gratuitos sobre cómo cuidar a los caballos, y que las autoridades tienen preparado un equipo para atenderlos. Y no sólo eso. La Asociación se ha ofrecido a ir al camino con sus veterinarios, pero no les dejan.
Una muestra más de lo que es una conducta civilizada acorde con el siglo XXI. Demencial.

OPINIÓN PERSONAL.
Es verdad que hay muchas personas que llevan sus caballos y otros animales al Rocio y que los tratan bien y los cuidan en todo momento, pero también están los que no lo hacen.
Por otro lado hay muchos caballos que son alquilados y que a lo mejor no están en condiciones de hacer el camino. También a veces los alquilan personas que no saben como cuidarlos o que una vez metidos en la fiesta se olvidan de ellos.
Esto no debería de pasar y tendría que haber más control. Los animales no deben sufrir para que los humanos se diviertan.

Alvaro Santero