"Si vas a creer todo lo que lees, mejor no leas."

jueves, 6 de junio de 2013

GIGES.

LA HISTORIA DE GIGES CONTADA POR HERODOTO.
La caída del imprudente Candaules rey de Lidia, es uno de los relatos griegos más fantásticos narrado por el historiador Heródoto de Halicarnaso.
Cuenta Heródoto que Candaules era un hombre muy enamorado de su esposa y pensaba que poseía la mujer más hermosa del mundo. Entre sus guardias de mayor confianza se encontraba Giges. Un día, Candaules empezó a alabar las virtudes de su mujer ante Giges y al final, creyendo que Giges pensaba que él exageraba, le dijo: “Giges, me parece que no te convenzo cuando hablo de mi mujer, pues los hombres dan menos crédito a los oídos que a los ojos, así que haz de verla desnuda”.
Giges respondió:“¿Qué discurso tan poco cuerdo dices? ¿Me mandas que ponga mis ojos en mi
señora? Al despojarse una mujer de su vestido, se despoja con él de su recato. Yo estoy convencido que es la mujer más hermosa de todas las mujeres, y te ruego que no me pidas cosas fuera de la ley”.
Pero a pesar de sus intentos no pudo Giges desechar la idea del rey, quizá por miedo a lo que le sucedería, y la insistencia del rey fue tanta que Giges terminó aceptando. Así una noche, Candaules introdujo a Giges en la habitación de su esposa y lo escondió detrás de una puerta entreabierta. Al llegar su mujer todo se desarrolló como el rey lo había previsto, excepto por el hecho que la mujer vio a Giges salir de la habitación, aunque no dio voz de alarma.
Al día siguiente la reina hizo llamar a Giges, quien no sospechaba lo que le iba a suceder. Fue entonces que ella le dijo: “De los dos caminos que hay te doy a escoger cuál quieres seguir: o matas a Candaules y me posees a mí y al reino de los lidios, o tienes que morir al momento, para que en adelante no obedezcas en todo a Candaules ni mires lo que no debes. Así pues, o ha de perecer quien tal cosa ordenó o tú, que me miraste desnuda y obraste contra las normas”.
Giges no podía articular palabra por la sorpresa, y luego de un momento de duda decidió matar al rey. Cuando quiso ser coronado fue fuertemente resistido, así que expuso su caso al oráculo de Delfos, que le dió la razón. Giges en agradecimiento hizo un importante regalo en oro y plata al oráculo, que en Delfos llamaron gígadas en honor a su donante.

La historia de Giges plantea muchos más dilemas de los que realmente nos creemos cuando leemos este relato.  Fundamentalmente, hay tres aspectos relacionados con la ética que me gustaría remarcar, siendo así los que más me han hecho reflexionar:
.   1.¿Obedecerías al rey a ver a su esposa desnuda?
    2.¿Cómo cita Herodoto en el texto, una mujer pierde su recato(honestidad, modestia) cuando se despoja de su vestido?           3.¿Matarías al rey? ¿ O dejarías que te matasen?

Creo que por cada dilema que se presenta, hay dos formas de interpretarlos, expondré ambas y al final diré cuál es mi opinión personal.

El primer dilema es que si obedecerías al rey. Por una parte es un buen pretexto decir que sí, que lo harías pues es el que manda sobre ti y realmente no tenías otra opción. Si lo pensamos de otra manera, diríamos que Giges podría haber buscado otra solución pues la que escogió nos parece que no es ética. Pero, si reflexionamos fríamente, cuando estas situaciones se dan, en mi opinión el ser humano se preocupa por las consecuencias que pueda tener NO hacerlo, y no se para a pensar en lo demás, aunque vemos que igualmente Giges lo hizo aunque al final no tuvo más remedio.
El segundo me parece muy interesante. Quiere decir que una mujer pierde la honestidad cuando se quita la ropa. ¿Es eso así? Podemos pensar que si, que la modestia de esa persona se pierde, y que pierde el respeto de los demás. Pero ¿por qué? ¿Por qué “pierde su recato” si está desnuda? ¿Es acaso que el hecho de que sea una mujer influye? ¿Influye la imagen que tenía la mujer en esa sociedad ahora? En caso de que si lo hiciera, ¿sigue influyendo actualmente? Son demasiadas preguntas, pero se resuelven con un rápido matiz. No creo que una mujer pierda su decencia cuando esta desnuda, es más, creo que esto es un tanto machista en el sentido de que si nos ponemos a pensar así, a un hombre también le pasaría lo mismo, en cambio la frase del texto no menciona al hombre en ningún momento.
Ya por último, el tercer gran dilema que se presenta al final de la narración. ¿Es ético que Giges mate a Candaules? Obviamente no, pues matar a alguien nunca lo es, pero si nos ponemos en su lugar, por mucho que critiquemos a Giges o por mucho que su conducta nos parezca muy egoísta… ¿Realmente preferiríamos que nos matasen a nosotros? En mi opinión creo que ni por asomo.

Con todo esto, creo que la redacción de Herodoto te hace pensar en estas tres cosas principalmente. Me sorprendió que un escritor tan antiguo ya hablase de lo que actualmente se conoce como candaulismo. 

MARÍA GÓMEZ RISQUET

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