"Si vas a creer todo lo que lees, mejor no leas."

jueves, 15 de noviembre de 2012

Crédito: ética, miedo y libertad.





La base de lo que esta canción quiere transmitirnos es
 claramente, que el miedo que tenemos por las cosas o las
 personas, no nos da libertad para expresarnos. Que la
libertad es tener la llave de tu vida, y que sin libertad, no
hay ética.
Es importante seguir tus principios, mantenerlos, y sobretodo perseguir tus sueños hasta conseguir tus objetivos.
Llegar a tus metas es crear un espíritu de satisfacción y orgullo sano en tu interior, que te ayuda para seguir adelante con ilusión en la vida.
Otra de las cosas fundamentales que dice la letra de esta canción, es que tenemos que aprender a rechazar el egocentrismo, y valorar las opiniones de los demás.
No todas las culturas son igual de respetadas, y no todas tienen la misma oportunidad para ser felices, y a eso queremos llegar, ¿por qué una persona por ser de color, tener los ojos rasgados, o ir vestida con una túnica, no puede ser igual de respetada que una que va vestida con unos vaqueros, una camiseta de Zara y es blanca de piel?.
 Para muchos de nosotros ir vestido como ellos no es “normal”, pero debemos pensar que a lo mejor para ellos no es “normal” nuestras costumbres de vida.
En la ética, no hay cosas “normales” o “anormales”, simplemente existe la posibilidad de opinión.
Para la raza humana, cambiar las cosas a veces es agotador y aburrido, pero tenemos la certeza de que juntos podemos unir nuestras fuerzas y valentías, y ser todos un mismo luchador.
Está claro que sin libertad no hay ética, por ello, debemos mostrar nuestros valores y principios libremente, y siempre con coherencia.
Con todo esto, he aprendido que lo más importante es nuestra felicidad.
He elegido esta canción, porque a pesar de que no me guste mucho, por otro lado me encanta lo que quiere enseñarnos, y pienso que es importante que mucha gente lo sepa. Es imprescindible que tengamos claro que lo primero en la vida, es la felicidad, y que después está todo lo demás.
Lydia Sánchez González.

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